miércoles, 25 de junio de 2008

De reacciones, desalojos y otras yerbas.


“Así quedé después de ir a París… No es llegar ni entrar ni mucho menos, cuidado con tener ganas de ir al baño... Y nadie me lo contó, sino que me tocó vivirlo”, con esta leyenda envié esta foto por las redes partidarias el 10 de enero de 2005.

En esa oportunidad advertía a los compañer@s lo difícil que resultaba ingresar a la sede partidaria. Los procedimientos eran muy engorrosos, por lo que habitualmente uno se encontraba con los compañeros fuera de la sede. Al entrar en el local, un interrogatorio: ¿Adónde va? ¿Con quién va hablar? ¿Para qué? Y luego procedían preguntar por citófono si uno podía entrar. Monté en cólera y señalé que era la casa de miles de nosotros y que no se me negaría el ingreso.

En interior, en el segundo piso, conversando con el jefe de Gabinete del Partido le expresé mi malestar y sorpresa por estas medidas, toda vez que estamos hablando de nuestro partido, de nuestra casa y no de un recinto o empresa privada.

Para colmo de males, al ir al baño me encontré con un tremendo candado: la administración había determinado que los baños era para uso exclusivo de los funcionarios.

Mis reflexiones en ese momento fueron: “¿Qué pasa con la gente, con los simples ciudadanos que quieren conocer el local del Partido de Allende, con el militante del norte o sur del país que anda de paseo por Santiago y quieren visitar el local. Se despide una vieja militante que aún no logra salir de su asombro”.

Poco tiempo después, ya con nuevo Presidente y Secretario General del Partido, al día siguiente de asumir la dirección, se realizó una reunión con todos los funcionarios del partido y las instrucciones fueron: no queremos que ningún militante se queje de que no puede entrar en el local del Partido; no queremos los militantes en la calle, para eso tenemos sede. Paralelamente, en una audaz y rápida acción, Patricia Hoces eliminó todos los candados.

Lo que pareció una anécdota en ese momento demostró que había un problema político mayor, que fue lo que precipitó el cambio de la dirección del Partido.

Nunca pensé que volvería a utilizar esta foto, pero el desalojo de los jóvenes socialistas me obliga a volver a recurrir a ella. Si durante todo el día los jóvenes habían tenido una actitud pacífica, de reflexión, ¿qué hizo que de un minuto a otro la situación se hiciera incontrolable y tomaran tan drástica decisión? ¿Faltó Armonyl? Tenemos Dirección para rato, de modo de que no nos servirá de nada que dentro de unos años las próximas autoridades hagan el discurso de “no queremos nunca más un desalojo”.

Creo que el tema central son los pendientes; las lealtades mal entendidas; el confundir la consecuencia con obsecuencia y la política con decisiones a puertas cerradas; el uso de la pataleta pública para eludir las explicaciones serias. O ¿no será que de tanto acuerdo, de tanta foto con los brazos alzados (no precisamente cantando la Marsellesa) y de tanto leer el libro de Allamand, muestra dirigencia ha hecho suya la teoría del desalojo… interno?

2 comentarios:

Claudia dijo...

Querida Cececilia
Gracias por tus reflexiones tan necesarias hoy d�a.
Mira en cuanto a si les falt� o no Armonyl creo que hace rato que les falta, y una buena visita al orientador o ps�cologo.
Podr�as ofrecer tus servicios de consulta digo...jiijijij

Ese d�a mi�rcoles la brigada de periodistas socialistas ten�a su reuni�n de siempre. Al llegar nos dimos cuenta in situ que la sede del estaba tomada.
Yo la verdad me alegre... pero de la alegr�a pas� a la preocupaci�n pues la manera en que fueron desalojados me duele.
Y m�s me duele que los propios compa�eros socialistas que estaban afuera en la puerta dec�an. "no si son del MAS"
Perd�n pero aunque sean del lote que sean primero se es Socialista y en el PS somos todos socialistas.
Cari�os
pd
Un d�a de estos te paso a ver y nos conversamos un caf�
Claudia

Claudia dijo...

Y se me olvidada a días del celebrar centenario el Compañero Allende estoy segura que el chicho estaría llorando a gritos por la calidad de dirigentes que tenemos.
Cariños
Nos vemos mañana