miércoles, 24 de diciembre de 2008

Sí, talvez, ahí vemos, no y otras yerbas o Simplemente siga participando

Talvez esta sea la última nota del año: quedan tan pocos días para que acabe 2008. Pero ya estamos curados de espanto. No se necesita mucho tiempo para que sucedan grandes cosas y, claro, para que todo siga igual. Por lo cual puede y no puede ser la última. Por otro lado, el talvez sirve para todo, y muchos lo emplean como la respuesta “políticamente correcta” más recurrida.

Conversando con un amigo, le contaba lo patético que había resultado mi día. A medida que le iba relatando las circunstancias de la jornada, en ámbitos distintos, con personajes diversos y de diferentes edades, descubrimos la existencia de una constante: la falta de respuestas unívocas a preguntas que se contestan con un SÍ o un NO. Tal como lo lee. Lo único que yo buscaba en los distintos momentos era una “simple respuesta” a un “pregunta concreta”: ¿Puede asistir a la reunión? ¿Me va a entregar la carpeta? ¿Recibió el correo? ¿Podrá responder a la carta que le envié hace más de un mes?

Hablamos con mi interlocutor de los personajes públicos que terminan escudándose en que el jefe de gabinete o secretari@ no les informó, porque, por supuesto, ellos tienen siempre la mejor voluntad de escuchar y atender pero “justo” en ese momento no pueden y esgrimen evasivas como la de “llame a mi oficina”… En el fondo, siga participando.

Me viene a la memoria algo que ocurrió no hace mucho. El presidente del Partido Socialista estuvo en Coyhaique y allí mi amigo Claudio, que vive en la región, le dijo que necesitaba hablar con él. El presidente le manifestó que en eso precisos momentos estaba con la agenda copada, pero que si se acercaba a Santiago lo recibiría de todas maneras. Quiso el destino que pocas semanas después Claudio viajase a Santiago. Fue a la sede, a París, y contó su conversación con el presidente y explicó cuánto tiempo estaría en la capital. Con mucha amabilidad, la secretaria le dijo que no se preocupara que le llamara sin falta para avisarle cuándo lo recibiría. Tiempo después, así fue: era un soleado día en la Patagonia cuando lo llamaron por teléfono para decirle que el viernes siguiente lo pueden atender... Siga participando.

Sin ir más lejos, hace dos días, le pregunté al secretario general del Partido Socialista cuándo podían darme respuesta a una carta que envié hace dos meses. No me explayaré en las excusas y demases. Lo único que pedí fue una respuesta que consistía en un SÍ o un No. Muy circunspecto, me contestó: “Lo estudiaremos, compañera”… Siga participando.

Para evitar suspicacias y malentendidos, quiero precisar que cuando me dirijo a las autoridades partidarias dejo claro que no soy candidata a nada, ni quiero cargo ni nombramiento… sólo una reunión para ver temas políticos concretos.

La verdad es que a estas alturas ya da lo mismo. La celeridad y la diligencia sugen sólo cuando se trata de buscar candidatos y reemplazantes para algún cargo. Todo lo demás es de un profundo y lento estudio ideológico-filosófico-tendencial, que finalmente pasa al olvido por la desidia de los estudiosos y, también, por el agotamiento de los que plantean los temas. Siempre habrá razones de Estado y de alta política (candidatos, pactos, alianzas, nombramientos) que impidan dar respuestas claras.

Lo que ocurre, y parece que ahí está la madre del cordero, es que dos sencillas palabras, una afirmación y una negación, un sí y un no, significan una decisión y un compromiso. Si no fuera así, ya tendríamos, entre otras cosas, candidato presidencial y también estaría en marcha la organización de las primarias. Sin embargo, todo es posible: talvez primarias, quizás acuerdo político. Lo importante es ganar. Y preguntará usted por el ejercicio democrático de elegir candidato, pues ¿qué quiere que le diga?.. Raspe y gane…. Siga participando.

1 comentario:

Elinett dijo...

Felicito a Cecilia por referirse a un tema que efectivamente esta haciendo daño a la convivencia no solamente partidaria, sino nacional. Leyéndola recordaba algunas conversaciones telefónicas o personales con usuarios del estado (o del gobierno, de sus instituciones), ciudadanos comunes y corrientes que cuando requieren algo, y realizan un trámite, o una consulta, muchas veces se quedan esperando una respuesta que, o no les llega, o cuando les llega no les resuelve el problema. Y mi experiencia me dice que no es dificil atender a la gente, no porque siempre haya que decirles que SI, sino porque realmente ellos esperan una respuesta, sea esta un SI o un NO. Las personas necesitamos certezas, no incertidumbres. A mi NUNCA se me enojó un usuario (cuando era funcionaria) o un parlamentario (cuando era autoridad), si la respuesta era un "MIRE, ESO NO SE PUEDE, O ESO NO ES POSIBLE", siempre, eso sí, acompañado el NO de la debida explicación para que se entienda POR QUE ES NO.
Pero lo más relevante del artículo de Cecilia es su útima reflexión, sobre la capacidad o mejor dicho la incapacidad de los que se encuentran en los niveles de la toma de decisiones, de tomar decisiones. De adquirir compromisos. Cuanto sufren los funcionarios o los equipos de trabajo del gobierno cuando esperan y esperan que tal o cual cosa se defina: una ley o una norma, un término de referencia para realizar un trabajo mediante un contrato, un plan de ejecución, etc. Este es un mal que ya ha cancerizado a nuestras instituciones en Chile, al parecer. Y lamenteblemente, a juzgar por que esto pasa en otros sectores como la empresa privada, las organizaciones de base de la sociedad, y en fin..... tendremos que concordar que es un mal que quizás solo la sociología o la antropología pueda descifrar y desentrañar, para proponer soluciones o salidas, y que se cambie esta incultura nacional que de nada nos sirve y, lo que es peor, a nada positivo conduce, sino por el contrario, carcome en lo más profundo la convivencia nacional