En las elecciones parlamentarias de 1973 mi padre fue electo Senador por las provincias de Bío Bio, Malleco y Cautín (será otra historia). A mis 16 años no encontré nada mejor que quedarme en Temuco, estudiando en el Liceo de Niñas Gabriela Mistral y militando en la JS. Había estudiado siempre en las monjas y esa sería mi única experiencia en un establecimiento educacional público.
En esos años se había organizado el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE) en el verano del 73 celebraron el I Congreso Nacional de Educación, donde se pronunciaron por unanimidad por reafirmar el rol del Estado en la Educación.
Más de alguien se acordará del proyecto de la ENU, Educación Nacional Unificada, que en el fondo era pensar la escuela como un ente democrático que integrara efectivamente a la comunidad a través de la participación múltiple y representativa, respetando las diferencias socio-culturales y económicas en los niveles regionales y locales, constituyéndose en comunidad de vida y trabajo.
La discusión del proyecto de la ENU llevó a tal punto la pelea en Temuco, que las movilizaciones estudiantiles después de clases a favor del proyecto eran a diario. Los opositores, entre ellos miembros del Comando Rolando Matus, nos esperaban a la salida de nuestros establecimientos y se armaban batallas campales. Pero el 22 de mayo del 73 despejamos las calles de Temuco y los bandos emprendieron la retirada mucho más temprano de lo habitual. Razón: Colo Colo e independiente jugaban el partido de ida de la Final de la Copa Libertadores de América. El 29 de mayo, en el de vuelta, ocurriría lo mismo. El 6 de junio, en el desempate, Independiente se adjudicó la Copa.
Han pasado 35 años de esos enfrentamientos callejeros. Mi fanatismo por el Colo Colo no ha disminuido. Los pingüinos hace dos años removieron el sistema con su lucha contra la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza, LOCE, y estos días los estudiantes nuevamente se movilizan. Ahora es contra el proyecto de Ley General de Educación, LGE. Quieren un verdadero cambio, algo tan simple como educación de calidad; que el Estado vele por mejorar la educación y poner fin al lucro. Como dicen ellos, no quieren más pomadas.
En la jornada de movilizaciones, más de 300 estudiantes detenidos, el único estudiante herido fue mi sobrino Gonzalo; a mi hijo le explotó en los pies una bomba lacrimógena. ¿Qué quieren? Educación pública de calidad. Curiosamente, el Colo Colo también jugaba una final…