No he podido resistir la tentación de compartir con ustedes uno de esos artículos. Se titula De la Participación. He tratado de recuperar los aspectos más relevantes, que en los tiempos que corren pueden ser de gran utilidad:
“Creemos que la participación no es sólo deseable, sino que necesaria para lograr un desarrollo humano y sustentable. Las personas necesitamos de los otros para crecer y desarrollarnos, para cuidar nuestro presente y, sobre todo, para hacernos cargo de la responsabilidad de construir un mundo viable para las nuevas generaciones.
Sin embargo, falta entender qué es la participación y desde ahí ampliar las posibilidades de la gente.
Participar es ser parte, sentirse parte y tomar parte de algo; es estar integrado y no marginado.
Participar no es sinónimo de reuniones, de estar siempre juntos en asambleas. Se puede tomar parte de diversas formas, en distintos espacios y con disímiles fines.”
Más adelante , la autora añade:
“Cuando hablamos de hacer participar a la gente tenemos que cuidar básicamente dos aspectos, el primero es la oportunidad y el segundo la motivación. Participamos cuando nos dan la oportunidad, se genera el espacio, existe la forma, se crea el mecanismo. También cuando la invitación a tomar parte nos resulta atractiva, nos motiva. El desafío que tenemos las personas que creemos en la necesidad de la participación es crear mecanismos y acercarnos a los intereses de la gente, para proponerles alternativas que les sean atractivas.”
Finalmente, la columna de opinión publicada por el Mercurio del 1 de Julio de 1996 y obra de la pluma de la Sra. Mónica Jiménez nos entrega una frase para el bronce: “Se necesita además un nuevo liderazgo, con creatividad, capaz de generar estructuras y procesos colaborativos, que quiera hacer participar a la gente y que conquiste su confianza.”
Una clase maestra para aquellos que creemos y estamos convencidos de la necesidad de la participación ciudadana. Más de alguien dirá: pero, bueno, tiene más de doce años el escrito. Es éso precisamente lo que que lo hace magistral; no ha perdido vigencia.
Sin embargo, la autora, la actual Ministra de Educación, quizás debiera releer el texto y difundirlo entre sus asesores, para que finalmente se pueda establecer un diálogo real en torno a la Educación Pública.
Han retornado los jóvenes a clases, vuelven las movilizaciones y por doquier se piden más espacios reales de diálogo.
Me asalta una duda: ¿la autora del artículo cambió de idea en estos años o el nuevo liderazgo, que considera una premisa fundamental para llevar adelante estos procesos, está ausente o simplemente….. otra cosa es con guitarra?